27/10/09

óleos


otra vez el aroma de la trementina en el aire espeso de errores y cadmio derretido - atrae como recuerdo de infancia temprana donde acaricié los tres primeros pinceles manchando sus cabellos en la receta primaria (creo que el primer color fue el azul o el rojo, o los dos juntos...) - aquel y ese olor penetrante nunca se olvida, - se aparcó para que pasara una nube negra o parda, entre sucesos con las cosas sin color, sin aroma, sin aire, entre el gris mediocre y eterno, y sin los pliegos necesarios para pasar la ancha página y cortar una raíz extraña, fuera de contexto y cercano a la rabia, a lo nauseabundo, a la muerte falsamente atrapada detrás de cada puerta del castillo finito de la vida, del olvido... la trementina huele a la vez a rojo sangre: en metal de matadero y a parto - a través de su espejo se refleja todo y espero

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